Kenia elige nuevo presidente en votación reñida

NAIROBI.

Un gran número de keniatas participaban el martes en una elección presidencial que enfrenta al actual dirigente, Uhuru Kenyatta, y al opositor Raila Odinga en este centro económico del este de África conocido por su larga y relativa estabilidad además de por las alianzas étnicas que arrojan sombras sobre su democracia.

Los electores formaron largas filas en muchos centros de votación antes del amanecer, esperando para depositar sus boletas en una contienda muy ajustada de la que saldrán el nuevo presidente y más de mil 800 cargos electos más, incluyendo gobernadores, legisladores y funcionarios locales.

Una de las principales preocupaciones es saber si Kenia repetirá los comicios de 2013 -en su mayoría pacíficos a pesar de las acusaciones de amaño de la oposición- o los de 2007, que derivaron en violencia avivada por las divisiones étnicas que causó más de un millar de muertos.

Kenyatta, de 55 años e hijo del primer presidente del país tras la independencia del gobierno colonial británico, basó su campaña en una inversión récord en proyectos de infraestructuras, muchos respaldados por China, y en un sólido crecimiento económico.

Odinga, de 72 años, es también hijo de un líder independentista y se presenta como defensor de los más pobres y crítico con la corrupción endémica presente en muchas instituciones estatales.

A pesar de esto, se espera que muchos electores voten según su etnia.

Kenyatta está ampliamente considerado como el candidato del pueblo kikuyu, el mayor grupo étnico del país.

Odinga está asociado con el bloque luo, que nunca ha tenido un jefe de Estado.

Más de 300 personas, incluyendo masais ataviados con sus tradicionales mantas rijas, esperaron durante horas en la oscuridad a la apertura de un centro de votación de Il Bissil, en el valle del Rift.

La televisora nacional mostró también largas filas de electores en la ciudad portuaria de Mombasa.

Esta es una respuesta positiva para nosotros”, dijo el funcionario electoral James Njaya acerca de la alta participación en Kibera, una zona pobre de la capital del país, Nairobi.