HERMOSILLO, Sonora
La señora Josefina Torres Jiménez, de 70 años, llegó desde su natal Zacapu, Michoacán, a probar suerte a la Ciudad del Sol, donde se encontró con las dos caras de la moneda: El calor es sofocante, pero cuando hace frío puede ser tan intenso que los huesos duelen.
Bajo su casa construida con lámina, cartón y madera, doña Josefina se ha resguardado durante años del frío en estas épocas, y asegura que tener qué comer y una cobija hace más llevaderas estas fechas.
«En estos días se ha sentido más porque a veces amanece muy frío, y espero andar agusto sin problemas de salud; yo no me enfermo cuando está el frío fuerte, me gustaría tener una cobija porque cada año está más helado.
«Nos la pasamos los vecinos ratitos bien, ratitos mal», comentó, «a ratitos comemos, a ratitos no, yo vivo solita y es el primer año que pasaré acá arriba de la invasión, y aquí hace mucho frío», aseguró.
Al ponerse el Sol, Josefina sale un momento a comprar algunas cosas para cenar, pero ya para las siete en punto se encuentra dentro de su hogar, pues asegura que al vivir a las faldas del cerro en la invasión Altares, se siente más el frío por las noches.
«Ya está haciendo frío a las siete, uno mejor se arropa porque pues para acá pega el aire muy duro y muy helado; yo salgo a comprar algunas cositas del mandado y luego me vengo porque ya se pone muy frío», señaló.
Si desea apoyar con una cobija a Josefina para que no pase frío, puede traer su donación a nuestras oficinas en Sufragio Efectivo y Mina No. 70, en la colonia Centro.