Como se esperaba, la entrega 67 del máxino galardón del cine mexicano, el Ariel, estuvo repartido en orden de importancia. Sujo se llevó 3, entre ellos Mejor película y Mejor dirección. Pedro Páramo consiguió 7, mientras que La cocina se hizo de 4 estatuillas, al igual que No nos moverán. Además hubo pronunciamientos condenando el genocidio de Israel en Gaza y a favor de lo migrantes; se recordó a los desaparecidos, a las madres buscadoras y a los huérfanos que dejó el narcotráfico.
Quien alzó la voz al recir su estuilla como Mejor actor fue Raúl Briones, por su impresionante trabajo en La cocina, dirigida por Alonso Ruizpalacios: “gracias y en nombre de todas las personas migrantes en el mundo fuck ICE (en referencia al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas), fuck you Donald Trump and your administration. ¡Eres un sicópata y un criminal! ¡Que viva Palestina y que muera el estado genocida de Israel”.
La que también lanzó un mensaje al recibir su estatuilla como Mejor Actriz fue Luisa Huertas por su sobresaliente trabajo en la cinta No nos moverán. Tras agradecer a su familia, a su hija y a su “nieta Victoria”, Huertas agregó: “este Ariel lo dedico a todos los muertos y desaparecidos en nuestro país, y a las madres buscadoras a las que no se les tomó en cuenta hace unos días. ¡El cine vive, la lucha sigue! ¡2 de octubre no se olvida!
A ellos se sumó el tándem creativo de Astrid Rondero y Fernanda Valadez, al recibir el galardón como la Mejor película por Sujo: “los Arieles son una celebración del cine mexicano. Creemos que el cine debe ser diverso, que debe hablar de nuestros tiempos. También representa la posibilidad de que reflexionemos de aquello que nos duele y que entendamos que todas las vidas deben ser hermosas, plenas y felices. Nuestra película eso quería retratar. ¡No olvidemos a los huérfanos del narco!”
Tras recibir la estatuilla a la Mejor edición por su trabajo en La cocina, Yibrán Asuad se pronunció contra “el estado genocida de Israel, pidió que la audiencia guardara silencio y así fue: un silencio incómodo innundó la sala pero rápidamente fue abolido por la música ambiental.
El galardón que abrió la velada nocturna, que tardó una hora y veinte minutos en tomar vuelo, fue para la categoría a la Mejor revelación actoral, que se le otorgó al actor José Alberto Patiño por su participación en la fábula No nos moverán, a pesar de los vítores que recibieron los jóvenes actores Jairo Hernández y Miguel Valverde, de Sujo y Fiesta en la madriguera, respectivamente.
El segundo Ariel fue para la Mejor coactuación masculina, que ganó Héctor Kotsifakis por su interpretación en Pedro Páramo. Por su parte, la Mejor coactuación femenina fue para Yadira Pérez Esteban por su participación en Sujo.
El premio a Mejor vestuario también se lo llevó Pedro Páramo y recayó en Ana terrazas, que se lo dedicó a “todos los artesanos que participaron en la película” y le entregó la estatuilla su pequeño hijo, quien la acompañó al proscenio.
La adaptación del clásico de Juan Rulfo también fue condecorada como la del Mejor maquillaje, manufacturado por Lucía Betancourt. La cinta dirigida por Rodrigo Prieto también ganó un Ariel al Mejor diseño de arte, que recibieron el reconocido Eugenio Caballero y Carlos Isaac, y a los Mejores efectos especiales y Mejores efectos visuales, que recayó en Alejandro Vázquez y Marco Maldonado, respectivamente.
La séptima estatuilla para la cinta en la categoría a Mejor fotografía se la llevaron Rodrigo Prieto y Nicolás Aguilar. La emblemática actriz María Rojo hizo su entrada para entregar el primer Ariel de Oro a Patricia Reyes Spíndola, el quinto en su carrera. “Qué bueno que sea uno de oro. Estoy muy emocionada de que me lo haya dado María Rojo. También quiero recordar al director Felipe Cazals, a Paz Alicia García y a Arturo Ripstein”, dijo a La Jornada.
En la gala se recordó a la germinal cinta Amores perros por su 25 aniversario. En el memorial año cinematográfico se recordó a Javier Bátiz, Huemanzin Rodríguez, Carlos Bonfil, Yolanda Montes Tongolele y Lupita Torrentera, entre otros.