Nueva York y Washington. El gobierno de California se convirtió en el primer estado estadunidense en promulgar medidas oficiales para imponer restricciones a agentes federales de migración; mientras, en Chicago activistas enfrentaron a agentes federales enmascarados y en Nueva York más de 70 legisladores locales y defensores de derechos humanos fueron arrestados por ocupar oficinas y entradas de la migra. Comunidades de todo el país han expresado su condena a las redadas y continúan las vigilias y otras expresiones de solidaridad frente a centros de detención.
La Casa Blanca utiliza las protestas y acciones de desobediencia civil contra agentes y oficinas federales de la Agencia de Control de Migración (ICE por sus siglas en inglés), encargadas de su ofensiva antimigrante, como justificación para militarizar su asalto contra ciudades bajo control demócrata: primero Los Ángeles, seguida de Washington y este fin de semana, Portland, Oregon.
Mediante su red social, el presidente Donald Trump informó este sábado que autorizó “todas las tropas necesarias para proteger un Portland devastado por la guerra y a todas las instalaciones de ICE, bajo sitio por ataques de Antifa y otros terroristas domésticos”.
Los agentes federales siguen sembrando terror en comunidades a lo largo y ancho del país al actuar enmascarados, sin identificación de nombre o número, sin mostrar autorizaciones judiciales necesarias para invadir hogares, lugares de trabajo y hasta automóviles, y capturar a personas en las calles, todo lo cual ha sido denunciado por defensores de derechos civiles como secuestros y hasta “desapariciones”, ya que en cientos de casos no se informa el paradero de los detenidos.
En contraparte, las protestas persisten y se han multiplicado por todo el país, con casi toda la violencia proveniente de los agentes federales contra activistas, quienes en su gran mayoría han empleado tácticas no violentas para manifestar su oposición.
En Nueva York, en una acción coordinada no violenta, cientos de activistas ocuparon la entrada y salida del estacionamiento del edificio de oficinas federales –incluidas las de ICE– en Manhattan para obstaculizar el traslado de inmigrantes detenidos ahí, mientras otro grupo hizo una “sentada” de protesta en el décimo piso, donde extranjeros que llegan a citas sobre sus casos frecuentemente son detenidos. Entre los manifestantes –70 de los cuales fueron arrestados– había oficiales municipales, legisladores estatales y líderes religiosos cristianos, judíos y musulmanes.
Días después, más de mil personas marcharon alrededor del edificio federal, desde Foley Square a Broadway, con la consigna: “Los inmigrantes son bienvenidos a Nueva York”, “Fuera ICE de Nueva York”, y “Desde Palestina hasta México, estamos en la lucha”.
En el suburbio de Broadview, Chicago, agentes federales usaron proyectiles con gas pimienta y amenazaron con atropellar a cientos de manifestantes que estaban frente a las oficinas de ICE y que habían logrado obstaculizar la salida y entrada a esa sede.
Al percatarse de la presencia de agentes migratorios en una colonia dentro de su distrito, la senadora estatal de Chicago, Karina Villa, los confrontó y alertó a los vecinos de su presencia pidiendo que no abrieran sus puertas. Legalmente, las autoridades no pueden ingresar a un hogar sin autorización escrita de un juez, https://www.instagram.com/reel/DPE_RKPgXRD/?igsh=bmh0bHV6Nndnd2Jz].
Redes de protección
En Iowa City, ciudadanos se enfurecieron cuando agentes de ICE atacaron y arrestaron a un trabajador en un mercado de alimentos muy popular, donde habitantes expresaron su repudio a la violencia utilizada, un acto denunciado por Escucha Mi Voz, organización no gubernamental que apoya a inmigrantes en ese estado, de la cual la víctima era miembro.
En un suburbio de Boston, más de 100 manifestantes llegaron con tambores, cazuelas y altavoces a las afueras de un hotel, donde descubrieron que se alojan agentes de ICE, para anunciar que “no son bienvenidos” y “no los dejarán dormir”.
Redes de defensa y protección se han organizado en ciudades y pueblos que se dedican no sólo a protestar y alertar de la presencia de agentes y sus acciones, sino que ayudan a familias, que temen salir de sus casas, a conseguir alimentos y los auxilian con el cuidado de niños: además, educan a todos sobre sus derechos legales ante las autoridades. A veces son limitados a sólo monitorear las acciones de arresto, registrar el nombre de la víctima para avisar a su familia o, en unos casos donde son capturados mientras están con sus niños, asegurar que algún familiar se encargue de los menores.
Enfrente de centros de detención, persisten las protestas contra su existencia y de solidaridad con los arrestados. En las rejas de la entrada del ahora famoso Alcatraz de los caimanes, en Florida, cada semana líderes de consciencia y fe se expresan en vigilias, donde la semana pasada los acompañaron representantes de Amnistía Internacional con el fin de denunciar las condiciones controversiales en ese centro.
Nuevos informes del Miami Herald exhiben que no se conoce el paradero de cientos de los que fueron detenidos ahí en julio.
“La crueldad y el caos en Alcatraz de los caimanes es por diseño”, declaró Noelle Damico, de Workers Circle, una de las organizadoras, al agregar que la instalación “opera esencialmente como un sitio clandestino estadunidense; están de-sapareciendo a la gente”, enfatizó tras exigir el cierre de esta y otras instalaciones parecidas.
En San Diego, una nueva iniciativa de religiosos para acompañar a los migrantes a sus citas con autoridades migratorias fue iniciada por el obispo católico Michael Pham y otros 10 clérigos católicos, protestantes y un imam, que ingresaron al edificio federal donde se ubican los tribunales de migración.
Al ver a los religiosos el primer día, los agentes enmascarados de ICE desaparecieron de los pasillos. Ese fue el primer día donde ningún inmigrante fue arrestado.
En Rochester, Nueva York, un grupo de trabajadores de la construcción que laboraban en una casa fueron protegidos de ser arrestados cuando vecinos obligaron a los agentes retirarse. En Washington tropas de la Guardia Nacional en las calles fueron seguidas por activistas que portaban bocinas en las cuales se oía la banda sonora de los soldados del imperio de la película Star Wars.
La semana pasada, unas 134 organizaciones por todo el país emitieron una carta al Congreso federal para denunciar lo que llaman “la agenda de detención y deportación masiva de Trump”, al afirmar que el gobierno impulsa “un plan injustificable e inhumano para ampliar la capacidad de detención a 100 mil personas en todo momento”, informó Detention Watch Network. https://www.detentionwatchnetwork.org/sites/default/files/CNC%20Campaign-%20organizational%20letter%20re%20ICE%20detention%20-%209.23.25.pdf.
A la vez, diputados federales, alcaldes y algunos gobernadores impulsan activamente medidas para proteger a sus comunidades de lo que llaman un “asalto” de ICE y fuerzas militares.
En California, el gobernador demócrata, Gavin Newsom, promulgó en ley las medidas más extensas del país para proteger a escuelas y hospitales de las redadas de ICE, convirtiéndose en el primer estado en actuar contra las operaciones antimigrantes de la Casa Blanca.