Filme ‘Un canto de libertad y esperanza’ recuerda a los “cantores y artistas” de los movimientos sociales de los años 60 y 70

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Ante la falta de “documentos visuales de los músicos mexicanos”, el investigador y colaborador de La Jornada Fernando Morán, junto con Óscar Carrillo, se animaron a realizar uno que “aglutinara” otros esfuerzos más individuales. “Ya se han hecho dos o tres documentales sobre León Chávez Teixeiro, también de Amparo Ochoa. De Óscar Chávez hay un documental sobre el disco de Chiapas y de Los Folkloristas hay grabaciones”, señaló Morán frente al público que acudió a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México plantel Del Valle para ver Un canto de libertad y esperanza, filme que recupera una serie de voces que acompañaron movimientos sociales desde los años 60 y 70.

“Nuestro propósito es que este documental provoque, que el que lo vea diga: ‘esa historia no es así. No concuerdo con esto’. Bueno, escriban la historia como ustedes piensan que es. La primera crítica que recibimos fue que tenemos que hacer un documental sobre las mujeres. Sin embargo, ¿por qué lo tenemos que hacer nosotros? Háganlo ustedes o juntémonos para hacerlo”, afirmó Morán.

El fundador del grupo Salario Mínimo apuntó que Un canto de libertad y esperanza “no termina aquí porque falta editar la banda sonora. Ojalá podamos producir el disco. La intención es que se mueva en América Latina y Europa para que sepan que hubo, que hay y que seguirá habiendo este tipo de música mientras no cambien las condiciones”.

Al término de la proyección se realizó un conversatorio en el que Chávez Teixeiro trajo a colación un “encuentro” realizado en 1978, que unió a “cantores y artistas” en una organización llamada la Liga Independiente de Músicos y Artistas Revolucionarios. Allí se dieron discusiones políticas, de música y arte, además de generar “procesos de creación y acercamientos”. La agrupación no duró mucho; sin embargo, muchos se hicieron amigos y compañeros.

Chávez Teixeiro lamentó no ver en la actualidad “estos procesos de organización y encuentros (que) hacen falta. Hay muchos jóvenes, y no sólo eso, muchos centros culturales están aislados, no se relacionan. Sería bueno volvernos a enfrentar, tratar otra vez de generar un movimiento y, los viejos que nos quedamos, juntarnos con los jóvenes. Sería genial que volviera a ser realmente un proceso de militancia y organización”.

El académico Alberto Híjar, quien fue el primer entrevistado para el documental, señaló que éste refleja el ambiente de aquellos años, es decir, “la gran revolución cultural que se hacía en toda América, incluido Estados Unidos con el movimiento chicano. Había a la par el efecto de la revolución cubana”. Pidió “apropiarnos de los modos de los cantores del pueblo para desarrollarlos y darles una dimensión profunda a la praxis estética.

“La teoría, compañeros, la teoría. Me lo paso gritando y escribiendo porque es urgente hacer la crítica histórica a profundidad de todo esto, con el objeto de descubrir los puntos claves de este gran movimiento que es americano y mundial. Y, de esta manera, apropiarnos de la teoría crítica y echarla a andar en todas y cada una de nuestras presentaciones”.

Para Fernando Morán, el documental es “un obsequio a todos los músicos con los que he tenido contacto, así como las personas que giran alrededor” de este arte.


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