‘Frankenstein’ es para mí la culminación de una parte de mi vida y mi carrera: Del Toro

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Hace 50 años el niño Guillermo del Toro conoció la obra gótica de Mary Shelley: Frankenstein, desde ese momento la criatura lo persiguió y se paseó por su pensamiento durante estas cinco décadas. Del Toro buscó atraparlo en su gran colección de monstruos, donde la cabeza de gran tamaño del Frankenstein clásico de Boris Karloff ocupó un lugar dominante, como un tótem. Algunas veces, Guillermo del Toro pensó que esta imagen tan persistentemente grande a menudo fue en contra de su voluntad consciente, de él mismo como persona y lo que fue mejor, como cineasta.

El tapatío Guillermo del Toro creció, se volvió un creador adulado por la crítica y amado por el público, su reciente película, la 13 de su trayectoria, es precisamente Frankestein. “Absolutamente en todas mis películas desde Cronos hasta Pinocho hay temas en común con Frankenestein. Todo me lleva hasta aquí”, confiesa Del Toro en entrevista exclusiva con La Jornada sobre su oda visual e interpretativa del personaje de Shelley y al mismo tiempo una versión muy fiel a la novela original que se haya hecho.

En la charla se le preguntó qué requirió hacer Frankenstein: “cinco décadas de espera, mucha paciencia, más de 100 días de rodaje, cientos de vestuarios, cuatro países, veintitrés locaciones canadienses, dos mil 830 días para construir el laboratorio, mil 200 días para construir la torre. Pero sobre todo mucha paciencia”.

El estilo visual e imaginativo de Guillermo del Toro lo colocan como uno de los directores contemporáneos más talentosos y meticulosos, Frankenstein lo demuestra con gran elegancia, fuerza y efusión:

–¿Con Frankenstein sientes que alcanzaste tu visión cinematográfica óptima?

–Para mí, sí, pero eso es subjetivo. Ésta es para mí la culminación de una parte de mi vida y mi carrera.

Frankenstein se proyectó en México durante el reciente Festival Internacional de Cine de Morelia, donde se atestiguó que Del Toro no sólo revisita una de las criaturas germinales del terror gótico, sino que lo dota de humanidad, donde los monstruos muestran más humanidad, aunque su rostro y cuerpo estén cubiertos por cicatrices, grapas y costuras chocantes, al grado de que la criatura (Jacob Elordi) es el personaje más atractivo, junto con una iridiscente y sensible Elizabeth (Mia Goth) y Victor Frankenstein (Oscar Isaac), el verdadero monstruo, villano e insensible.

Para Guillermo del Toro darse cuenta y hacerle caso a su voz creativa dentro de su cabeza durante el rodaje de Frankenstein fue determinate: “Cien por ciento estuve atento a los accidentes o las casualidades para revelar la voluntad misma de la película”.

–¿En un sentido, piensas que Frankenstein sería también un reflejo de la maternidad, ya que Shelley estaba embarazada cuando escribió la pieza?

–Es más bien esa angustia de la oración sin la injerencia femenina y la fusión de la muerte y el nacimiento, que inició con el suyo propio y la muerte de su madre a los 11 días de que ella naciera.

De hecho, durante la función en el FICM, Guillermo mandó un mensaje a su público mexicano que será la audiencia más importante para Frankenstein: “dónde estamos y quiénes somos cambia conforme la vida nos esculpe a golpes y Dios dicta la forma. Cuando era niño y muy católico pensé en contar la historia de Dios padre y Dios hijo unidos por la investigación del dolor y la muerte, en ese último momento de duda en la cruz, pero a través de Frankenstein. Pensé en hablar de lo extraño que es ser hijo de un hombre difícil de descifrar pero con el tiempo, cuando aún me comportaba como hijo, me convertí en padre. Yo también, y a pesar de evitarlo por décadas, descubrí a mi padre en el espejo cuando cumplí 42 años. Tuve que parar el ciclo del dolor antes de pasarlo a mis hijas y descubrí dos poderosas herramientas el perdón y la aceptación, todo esto está en Frankenstein. Curioso cómo termina uno siendo el héroe y el villano de su propia película, pero también como la redención nunca llega tarde, sólo llega cuando tiene que llegar”.

–¿Cómo te sientes creativamente después de completar esta persecución de Frankenstein. En qué te concentrarás?

–“Me siento como en postpartum. Buscando horizontes nuevos. Empezando la versión stop motion del libro de Kazuo Ishiguro, El gigante enterrado, y adaptando una película para Oscar Isaac: Furia. Pero a principios de noviembre estaré por la capirucha”.


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