Llevan sonrisas y apoyos a niños de la etnia yaqui

Para dar un poco de lo que han recibido de sus fieles en el año, el Santuario de Guadalupe de Ciudad Obregón y su grupo de jóvenes, denominado Kairos, salió rumbo a las comunidades yaquis a entregar apoyos materiales y espirituales.

Al estar en tiempos de compartir, los jóvenes prepararon lo mejor de sí a través de una pastorela y alimentos, llevándoles una posada que hasta los grandes disfrutaron.

«Tenemos un año como Kairos Obregón y nuestras actividades son juntarnos los sábados donde se nos da formación, nos juntamos los domingos para servir en misa y saliendo convivimos, platicamos, y hacemos actividades como esta, en la que compartimos con otras personas», comentó María, una de las jóvenes del grupo.

El recorrido

La primera comunidad que visitaron fue Loma de Bácum, a las 08:00 horas estuvieron en el Jori, que en meses pasados sufrió una inundación que dejó como saldo el rescate de sus residentes a través de lanchas de Bomberos y pérdidas de las pocas cosas materiales con las que se contaba.

Aunque eran pocos los menores que se encontraban en el pueblo, ya que muchos salieron hacia los ranchos de sus abuelos, o al campo a acompañar a sus padres en sus labores, los pocos presentes fueron sorprendidos con piñatas, pastel, juguetes y una oración.

«Eran muy poquitos niños en comparación con los de ahorita (Bataconcica), pero había mucha felicidad, cuando se les entregaron las cosas, de las señoras cuando les dimos ropa, cuando el padre hizo la oración y no sabían persignarse, no sabían el Padre Nuestro, el Ave María», detalló.

Luego acudieron a Bataconcica, donde decenas de niños ya esperaban la llegada de los jóvenes que habían anunciado el festejo para el niño Dios.

«El Santuario siempre ha buscado la promoción social y el ayudar al más necesitado, sabemos que hay mucha necesidad en Ciudad Obregón, pero también sabemos que hay áreas más olvidadas como estas», comentó Javier Aníbal Lauterio, párroco del Santuario.

El apoyo recibido por los padres de familia, aunque sea sólo una despensa, un juguete, o un cambio de ropa, representa la esperanza de un mejor futuro, detalló Marcela Ortega, y se agradece.

Aunque algunos padres de familia sí tuvieron recursos para poder regalar el pasado 25 de diciembre, muchos otros no o lo hicieron de manera muy modesta, lo que ayer quedó olvidado para los menores que recibieron carritos, aviones, muñecas y hasta triciclos.

Difícil acceso

Las comunidades a las que el Santuario de Ciudad Obregón llegó a la Loma de Bácum, cuentan con difíciles accesos, pues no tienen bien trazadas sus calles y tampoco tienen servicios como drenaje, pavimentación y alcantarillado; las familias que las habitan en su mayoría viven en pobreza extrema.

Son comunidades indígenas, de donde sus residentes salen a trabajar hacia las maquilas de Guaymas o Ciudad Obregón o se mantienen con los animales que pueden sostener.