Los cierres a la circulación por manifestaciones y pipas, camiones de basura o de la Comisión Federal de Electricidad estacionados en vía pública, e incluso vehículos pesados que quedan atorados en los bajopuentes, sumados a obras viales, desquician diariamente la movilidad en las principales arterias de la ciudad, donde en las llamadas horas pico los automovilistas avanzan apenas a cinco kilómetros por hora, según datos de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad.
En el mejor de los casos, agregó, los autos pueden llegar a 15 kilómetros por hora en avenidas de mayor saturación como Eje Central, Constituyentes, Viaducto y Periférico.
De acuerdo con el registro de vehículos de motor en circulación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en la capital circulan 5 millones 569 mil 817 vehículos, que en los horarios de mayor afluencia avanzan unos 30 metros antes de volver a quedar varados, como se constató en un recorrido.
El informe anual de TomTom Traffic Index –empresa holandesa especializada en tecnologías de geolocalización– ubica a la capital mexicana en el lugar 17 a nivel mundial entre las ciudades con mayor tránsito vehicular, y en el primer sitio en congestión vial, lo que se traduce en que los capitalinos pierdan en promedio 152 horas al año en el tráfico.
En arterias como calzada de Tlalpan, en su cruce con Viaducto Río de la Piedad, automovilistas avanzan a vuelta de rueda por los trabajos de la ciclovía; mientras en otros puntos los conductores intentan abrirse paso entre las vialidades.
En Plutarco Elías Calles y Río Churubusco, el paso de tráileres, grúas y otros vehículos pesados obliga a muchos conductores a intentar cambiar de carril para avanzar; además, unidades de transporte público realizan ascensos y descensos constantes ocasionando más inconformidad a los automovilistas.
A ello se suman percances como colisiones entre vehículos y unidades de carga que permanecen minutos o incluso horas obstruyendo el paso, como el incidente ocurrido el miércoles pasado, cuando un camión torton que transportaba mercancía farmacéutica quedó atorado en el bajo puente del Viaducto Miguel Alemán y avenida Cuauhtémoc, lo que provocó una fuerte carga vehicular en la zona.
El transito de autos tanto en vialidades primarias como secundarias también se ve obstaculizado por camiones recolectores de basura, que en plena calle se estacionan para separar los residuos, o unidades de la Comisión Federal de Electricidad, cuyo personal se dedica a cortar ramas de árboles que interfieren con el tendido eléctrico.
Al respecto, Ernesto Morúa, analista en movilidad urbana, señaló que este problema es consecuencia de la falta de políticas integrales en favor del transporte público, lo que ha llevado a muchos ciudadanos a optar por el automóvil o la motocicleta de manera cotidiana.
Mencionó que es necesario priorizar la creación de alternativas de transporte e incluso ampliar la red del Metro con más estaciones en zonas que conecten con el Centro, con el propósito de ayudar a desahogar el tránsito.
Señaló que hay zonas específicas donde la congestión vehicular aumenta durante las compras de la temporada, por lo que deberían establecerse operativos permanentes, especialmente en puntos como La Merced o la Central de Abasto, que suelen saturarse. Esto, dijo, permitiría no sólo agilizar la circulación, sino también prevenir accidentes viales.