Un hombre en Australia presentó una demanda contra el hospital donde presenció el nacimiento de su hijo por cesárea en 2018, alegando que esta experiencia le provocó una «enfermedad psicótica» y una «ruptura de su matrimonio».
El demandante, Anil Koppula, interpuso la demanda varios años después de la exitosa cirugía, argumentando que se le animó o permitió observar el parto, lo que le expuso a la visión de los órganos internos y la sangre de su esposa, según documentos presentados en respaldo a su reclamo.
En sus alegatos, Koppula sostiene que el hospital incumplió su deber de diligencia y buscaba una indemnización de mil millones de dólares australianos —lo que equivale a más de 642 millones de dólares estadunidenses— del Royal Women’s Hospital de Melbourne. La cesárea es un procedimiento quirúrgico para el nacimiento de un bebé a través de una incisión en el abdomen y el útero de la madre, indicado por razones médicas como posición fetal anormal, problemas de parto, tamaño del bebé, infecciones u otras preocupaciones.
El hospital australiano afirmó que no incumplió su deber de diligencia y que Koppula no sufrió lesiones reales como resultado de la cesárea que observó. El juez a cargo del caso, James Gorton, coincidió con esta opinión y desestimó la demanda, calificándola como un «abuso de proceso».
A pesar de los riesgos y el alto costo asociado a las cesáreas, que incluyen infección, sangrado y lesiones en órganos como la vejiga o los intestinos, se realizan con frecuencia. Expertos en salud han advertido sobre la cantidad de cesáreas innecesarias, representando el 31.8% de todos los nacimientos en Estados Unidos.
En general, se permite a las mujeres tener un acompañante durante la cesárea, generalmente una pareja o familiar, para presenciar el nacimiento del bebé y brindar apoyo a la madre durante el procedimiento.
