El presidente de Rusia, Vladimir Putin, prohibió exportar petróleo y productos derivados ante acciones inamistosas de los aliados de Ucrania, tras imponer topes al precio de este recursos.
El régimen advirtió que no permitirá más daño a su mercado y ante el tope máximo que aprobó la Unión Europea (UE) —60 dólares— firmó un decreto para restringir a partir del 2023 la venta y comercialización de este recurso, lo que aviva los reclamos de un “terror energético” denunciado por Ucrania, al usar éstos como arma para presionar a Occidente a dejar de apoyar a la nación invadida.
De acuerdo con el documentos difundido por la agencia rusa TASS el ajuste comenzará a partir de febrero pasado, poco antes de que se cumpla un año de esta guerra, y se extenderá por al menos cinco meses, por lo que los Ministerios de Energía y de Hacienda contarán con poco más de un mes para implementar los ajustes necesarios, como enlistar a los gobiernos que insisten en golpear su economía, luego de restricciones contra sus bancos y oligarcas, señaladas como cómplices del régimen.
Y se advirtió que ya alistan otras acciones, pues se reservan el derecho de aplicar represalias en el suministro de productos derivados del petróleo.
Casi a la par de estos hechos el gobierno de Ucrania reportó que incautó activos de un aliado ruso que ascienden a más de 50 millones de dólares, mismos que podrían ser usados para la reconstrucción de la nación, ante los insistentes ataques contra toda su infraestructura, que han provocado una fuerte escasez de electricidad, pues los defensores y civiles llevan casi tres meses sobreviviendo entre constantes apagones y falta de calefacción en pleno invierno.
